Cybercirujas en el Encuentro Derecho a Reparar en Colombia

A fines de noviembre recibimos la invitación para que una persona de Cybercirujas viaje a Bogotá los días 11 y 12 de diciembre para participar del Encuentro Derecho a Reparar: el embajador cyberciruja elegido fue Uctumi, quien nos deleita con la siguiente crónica

Dentro del marco del programa Computadores para Educar del estado colombiano, y Tecnologías para Aprender, una iniciativa del gobierno de Gustavo Petro, fui invitado para compartir nuestra experiencia local sobre reparación y recirculación de equipos informáticos, así como el trabajo con jóvenes. Manifesté mi disposición y mi disponibilidad para viajar, y me pusieron en contacto con una de las organizadoras, Pilar Saenz. Con ella coordiné los detalles del viaje, con mucha ansiedad porque las reservas y pasajes llegaron apenas la misma noche anterior al viaje.

Llegué a Bogotá el miércoles 10 de diciembre al mediodía, me recibió una ciudad llena de movimiento y me alojaron en un cómodo hotel en el que se realizaría también el evento. A la mañana siguiente, el día 11 de diciembre, comenzamos temprano, en la registración me encuentro en persona con las dos principales organizadoras Pilar Saenz y Carolina Botero. Dos personas encantadoras y muy interesantes, con gran experiencia en temáticas de software libre, educación y tecnología.

Luego hizo una breve presentación Luisa Bermúdez, subdirectora operativa del programa Computadores para Educar, algo similar al programa Conectar Igualdad que solía tener el estado argentino antes de los gobiernos de Macri y de Milei. El programa colombiano, si bien es de larga data, aún lleva comparativamente pocas computadoras entregadas, están tratando de profundizarlo y ampliarlo con talleres de reparación llamados CTE (Clubes Técnicos Escolares) para que los alumnos y las alumnas no sean solamente usuarios de “computadores”, sino que también intervengan en sus equipos y estiren su vida útil.

El público presente era numeroso, compuesto en su mayoría por alumnos y alumnas de distintas regiones de Colombia, seleccionados para su participación mediante el mérito en distintas actividades relacionadas a tecnología. También había docentes, directivos y otros activistas e impulsores de la reparación, el reciclado y el software libre. Muchos de los jóvenes presentes provenían de zonas muy pobres de ese país y esa era la primera vez que viajaban en avión, se alojaban en un hotel y eran atendidos con tanto cuidado, por una organización que les garantizó las cuatro comidas, el alojamiento y el traslado sin perder de vista ningún detalle.

Me tocó ser prácticamente el primer expositor, dejando los nervios de lado, presenté un video de unos 6 minutos en el que les di un pantallazo general de todas las actividades que realizamos estos años lxs Cybercirujas en distintas partes del país. Tuve que explicarles luego cuestiones como que cuando el video mencionaba Córdoba se refería a una provincia argentina y no a una región de Colombia con el mismo nombre. Luego seguí mi explicación con una presentación que había preparado contando muy rápidamente todas las actividades que realizamos y cómo las encaramos.

Realmente me sentí un poco la estrella esa mañana, y me sorprendió la cantidad y calidad de preguntas de las y los alumnos. Uno de ellos preguntó cómo nos financiábamos y si lo que hacíamos era un “hobbie”. Porque suponía que todo lo que se hace sin recibir un dinero a cambio entra en esa categoría. A lo que respondí que hobbie no es la palabra indicada, sino más bien trabajo voluntario y compromiso, como el que tantas personas demuestran diariamente en favor del prójimo sin recibir nada a cambio.

Luego de la charla se me acercaron varios grupos de alumnos para hacerme preguntas, con mucho interés y también extrañeza ya que muchos no habían visto alguien de Argentina en persona, solo conocían a Messi, hasta llegaron a decirme “usted habla como Messi”. Me preguntaban cuestiones sobre Cybercirujas pero también sobre el país, que si hacía frío, que qué moneda utilizábamos, que si me gustaba el fútbol, que por qué hablamos con la “ye”, etc. También me sentí algo extraño porque todos los jóvenes me decían “profe” y yo no quería usurpar títulos ya que no soy profesor, pero después me explicaron que le dicen “profe” a casi todas las personas adultas.

Ese día estuve conversando también con personas muy interesantes que eran invitadas al evento como Kirsch Cobric un gestor cultural, docente, artista, pionero de medios comunitarios y promotor del software libre y muchas cosas más, un verdadero cyberciruja colombiano. Leonardo Urrego, desarrollador de sistemas embebidos, que hizo un master en la UBA. Laura Cortés, una joven ingeniera electrónica colombiana que tiene iniciativas comunitarias que podría bien ser una cyberciruja. Luego siguieron exponiendo sus experiencias Leonel Tovar, Daniel Ruiz y Jhoiber Perales de la escuela Antonio Ricaurte en Villavicencio, a 50 km al sur de Bogotá. Allí realizan interesantes talleres de reparación de PC, a nivel incluso de soldadura de componentes. Los talleres de esta escuela se consideran experiencia piloto pionera que se buscará replicar en el resto del país.

A continuación expuso la ingeniera Laura Cortés, que impulsa y coordina clubes y talleres de experimentación con tecnología y robótica. Entre todas las experiencias que mostró me llamó la atención su taller de hackear la bici que consistía en modificar bicicletas con electrónica para hacer distintas cuestiones como generar energía, etc.

Luego expusieron activistas locales como Camilo Cantor, un singular creativo que nos mostró el cruce entre arte y tecnología que realiza el Café Cacharrero en Medellín que incluye disciplinas diversas como transformación y remix textil e instalaciones, y haciendo una interesante analogía entre la “cocina” de una casa como espacio de experimentación al que casi todos tenemos acceso, para aplicarlo a cuestiones tecnológicas.

John Barragán y su alumno José Moyano nos contaron la forma en la que gestionan el sistema informático en una escuela “campestre” en las afueras de Bogotá, mediante una intranet que provee varios servicios de manera local conocida como Kimera de desarrollo propio. Hacen grabaciones de podcasts y contenidos que guardan en esa intranet y ponen a punto un estudio de grabación con toda la mayor pericia técnica. También trabajan en conjunto con Wikimedia Colombia.

Ese día nos trasladaron luego al CENARE (Centro Nacional de Aprovechamiento de Residuos Electrónicos), un predio ubicado en la zona industrial de Bogotá, con un amplio almacén con equipos electrónicos en desuso y talleres ubicados en varios pisos. Los alumnos y alumnas fueron divididos en varios talleres, en la planta baja se realizaba desarme de portátiles, aprendiendo a identificar componentes como disco rígido, memoria ram, el uso de herramientas como alcohol isopropílico, destornilladores con distintas puntas, multímetro, etc. En el segundo piso (lo que en Argentina es el primer piso) se realizaba un taller de instalación de linux y software libre a cargo de Kirsch Cobric, con materiales muy interesantes y una metodología de trabajo muy precisa, trasmitiendo no solo lo práctico sino también la importancia conceptual del uso de software abierto. Asistiéndolo participó también Nicolás Díaz, un integrante del grupo GLUD (Grupo Académico GNU/LINUX de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas) con quien estuve conversando de forma muy interesante, intercambiando experiencias.

Al día siguiente, 12 de diciembre, comenzamos la jornada en otro salón, más similar a una sala de conferencias. Allí hizo la primera exposición del día mi compatriota Ana Kondakjian, diseñadora industrial y docente, coordinadora del programa Ligas Menores del Club de Reparadores de la Asociación Civil Artículo 41. Ana dio una charla muy amena comenzando con un divertido video en el que los artefactos en desuso cobraban vida y conversaban entre sí, destacando la importancia de estirar su vida útil. Luego continuó con explicaciones muy interesantes desmenuzando conceptos como obsolescencia, economía circular, etc. para luego hablar de la experiencia del Club de Reparadores.

Luego hizo la presentación el director ejecutivo del programa CPE, Oscar Sánchez, cuya charla estaba programada para el inicio pero por problemas de agenda tuvo que darla después. Explicando detalles sobre el plan CPE y los pormenores de su implementación, así como el lanzamiento de los CTE. A continuación hubo un panel coordinado por Carolina Botero en el que participé junto a Ana, Fernando Zárate, y el rector de la escuela Antonio Ricaurte, de Villavicencio. No pudo participar Oscar Sánchez como estaba programado pero en su lugar participó un representante de PNUD (programa naciones unidas para el desarrollo) de Colombia. El objetivo del panel era inspirar a las y los jóvenes a que entiendan la importancia de reciclar componentes y la importancia de la labor estatal de los clubes de reparación.

Luego nos trasladamos hacia un predio conocido como Maloka, un lugar creado por el estado para difundir y divulgar las ciencias. En este predio había diferentes experiencias interactivas y recorridos donde podías interactuar con experimentos científicos (algo similar a Tecnópolis o Prohibido no tocar en Buenos Aires), incluyó también una proyección en un domo (similar al planetario en Buenos Aires) de un contenido muy interesante referido a ciencia producido localmente, el cual no estaba permitido fotografiar, pero que consideré muy efectivo para despertar la curiosidad de los jóvenes (se exhibían conceptos como el temaño del universo, el big bang, la composición atómica y química de los objetos y del cuerpo humano, etc.) Luego tuvimos una recorrida por una exhibición de los ecosistemas de Colombia, climas flora y fauna, y participamos de un taller de iniciación a la programación con el software mBlock.

Como broche de oro pude conocer el hackerspace Hackbo (https://hackbo.org), un espacio autogestionado muy agradable que casualmente festejaba sus 15 años de existencia. Allí conocí personas muy afines a las ideas y objetivos de Cybercirujas. Como Manuel Orellana Sandoval, un artista multimedial chileno que forma parte del espacio y tiene allí una galería de arte, y Diego Herrera, un músico que experimenta con tecnología, entre otras personas muy interesantes. Buscaba un lugar en el que dejar fanzines que había llevado de Cybercirujas y de Punkware, y para mi sorpresa en este hackerspace funciona una biblioteca de la cultura fanzinera, como un anexo de la Biblioteca Nacional de Colombia, así que resultó ser el lugar ideal!

Durante el viaje muchos compañeros y compañeras colombianos en distintos ámbitos me preguntaron mucho cómo era vivir bajo un gobierno de ultraderecha como el de Milei y manifestaron su preocupación por la inestabilidad política de la región, teniendo en cuenta que el año que viene hay elecciones en Colombia y un muy posible cambio de signo político, ya que ese país no tiene re-elección. Todos deseaban que las buenas políticas públicas como Computadores para Educar continúen con un futuro gobierno sea del signo que sea. Esperemos y deseo que así sea.

Terminando esta bitácora de viaje, concluyo una interesantísima experiencia, sobre todo por las personas con las que pude compartir, donde lo que más me sorprendió fueron las similitudes, formas afines de ver el mundo y de sentir que tenemos con nuestros hermanos hacktivistas, recicladores, militantes sociales latinoamericanos colombianos y del resto de la región.